lunes, 27 de marzo de 2017

¿Los guardias sacan abono o van de gañote a los toros?


Vuelve la pasión, ¿volverá también el toro? ¿Volverá el toreo?




Dirán que esto de los toros no interesa, pero que equivocados estamos, y si no, fíjense que hasta los señores guardias van en masa a las plazas y hasta intervienen en las discusiones y protestas en los tendidos; algo a lo que antes rara vez se atrevían, pero ahora también se meten en harina y es que esto tira mucho. Y habrá quién quiera apuntarse el tanto, pero hay que reconocer el mérito que en esto tiene el señor Casas, Simón I el Innovador, que seguro que no quiere reconocer sus méritos, pero ya es mucha casualidad eso de que cuándo hay una protesta en una de sus plazas, no tardan ni un suspiro en asomarse las fuerzas del orden en querer sumarse a la controversia. Si eso no es afición y ganas de aprender de los aficionados, que venga Dios y lo vea. Que estoy seguro que habrá agentes a los que esto no les interesaba, pero claro, ya digo que esto tira mucho, y es casi imposible el abstraerse de un debate taurino.



Eso sí, que me perdone el señor Casas, don Simón I el Innovador, pues en la primera de la temporada madrileña no pudimos disfrutar de esos debates que se originan en los coloquios taurinos entre el aficionado que protesta y los señores agentes de la policía. Bueno, calma, que estamos empezando, bastantes innovaciones aportó el señor Casas, don Simón I el Innovador, con eso de ponerles un anorak azul eléctrico al personal de la plaza. Que está muy bien, no vean lo útil que resulta cuando el acomodador de tu grada aún sigue colocando a los espectadores más tardones incluso con el caballo en el ruedo y tú solo tiene que buscar el azul rompe ojos para decirle eso tan socorrido de: “que el toro está en la plaza”. Pero es que en la primera del año ya se percibía ese afán por la fiesta, no sé si por la Fiesta de los toros, pero sí por la fiesta en general, así como concepto universal. Que no voy a entrar en el detalle de lo que fue la novillada, pero sí que quiero detenerme un poco, lo justo, en las reacciones de los aficionados, los nuevos y los otros. Que dicho sea de paso, cuentan entre sus filas a los más aguerridos y rudos ejemplares de chicarrones del norte, aunque sean nacidos en Méntrida. El fresquioto que hacía y los había luciendo sus camisas de cuadros abotonadas hasta medio pecho, para que corriera el aire. Que igual era una forma sutil de demandar un anorak azul revienta retinas. Y lo bonito e ilusionante que resulta ver a la chavalería, ninguno de más allá de cuarto de la ESO, con sus americanas ajustaditas, su corbata colgandera y un veguero, Farias, Montecristi o Cohiba, que no digo yo que no, echando humo como para nublar una y hasta dos plazas. Sería tal bruma y los efectos de estar ahí tira que tira, lo que a algunos les hizo pensar que la novillada de Fuente Ymbro era la del toro Diano y Jaquetón al unísono, que salió buena, claro que sí, pero para hacer que saliera el señor mayoral y pedir la vuelta al ruedo al sexto, ¡no hombre, no! ¿Qué vamos a dejar para cuándo venga los Zalduendo y los Núñez del Cuvillo? Eso sí, por ahí he leído no sé de qué, que el presidente se quiso erigir en protagonista al no conceder la vuelta al ruedo y en no sé que más jaleos. Vamos, saca el pañuelito azul y entonces sí que sería protagonista, pero de “La Matanza de Texas”. Sería por lo del humo de los puros, que ya bastante perjudicó al personal que se decidió a otorgar un despojo al albaceteño Carretero, por trapacear a su buen sexto novillo. Aunque lo que cambian los tiempos, antes no eran una panda de chavales los que se jartaban a echar humo de sus puros, eran muchos aficionados y en casos como el que nos entretiene, más le habrían abroncado al bueno de Carretero por dejarse ir semejante carretón, que pedirle un despojo.



Mi extrañeza es que los señores agentes de la autoridad, en estos casos no quieren entablar diálogo con los felices aficionados plenos de entusiasmo y solo buscan la charla con los más airados, que ya digo que en esta primera no fue el caso, pero se echó de menos. Quizá si lo sucedido en el último hubiera sido en el segundo, por poner un ejemplo, que casi era mejor y más completo que el sexto, que también se le fue sin torear a Leo Valadez, pero como no cortó despojos, no hubo lugar a la protesta. Ni tan siquiera se pidió la vuelta al ruedo, sería que estábamos leyendo un tutorial en Internet de como ahumar todas las plazas del mundo con una batería de puros incontrolados o que aún estábamos perplejos con el resplandor de los anoraks azul te vas a quedar pa’ vender cupones. Que uno escucha lo de la educación taurina, así muy serio y se pregunta si en eso se incluye lo de los puros, los yintonis y las pipas; está claro que ya no dice nada de eso de no ocupar o abandonar la localidad durante la lidia de cada toro, ni de levantarse a mitad de la lidia y soltar eso tan clásico de: “dos cervezas, una Fanta y un Aquarius, que tengo al niño malo de eso”. Que la lidia dura mientas el toro está en pie, que aunque se esté tambaleando hay que estarse en su sitio, que no puedes decidir que te pones de pie para hablar por teléfono, ni de lado a lado para hablar con tu colega de la otra punta, ni para sacar el tabaco, ni para fuego, ni para saludar al cuñado de tu cuñado, ni para preguntar el horario de los autobuses de vuelta, ni tantas cosas más. Eso sí, solo pido que los próximos puros no sean tan humeantes, que luego salen las mulillas que no tienen fuerzas ni para ir al toro y van a paso cangrejo, mientras el paisanaje, una vez que ya sabía que el autobús esperaba, se desgañitaba pidiendo el despojo para Carretero. Y siendo el último ua no había tiempo ni ganas para nada, ni para protestar, ni para establecer animada charla con los señores agentes de la autoridad a los que el señor casas, don Simón I el Innovador, anima a que visiten y se interesen por los aficionados disparatados ante sus atropellos. Aunque a mi me ronda desde hace tiempo una duda y es ¿los guardias sacan abono o van de gañote a los toros?

PD.: Espero y deseo la pronta y plena recuperación del novillero Pablo Aguado, que fue cogido de tan mala manera y que tanto intranquilizó a los asistentes a la novillada. Para él y los suyos, un cordial saludo




Enlace programa Tendido de Sol del 26 de marzo de 2017:

2 comentarios:

Juselín dijo...

Enrique, nos hemos quedado irremediablemente anticuados (viejunos), al menos yo.
Lo de los puros tiene su explicación. Te lo voy a contar. Están trucados, si.
El humos que sueltan contiene sustancias que producen en el aficionado (viejuno) una euforia orejil y palmeadora acorde con los nuevos tiempos de la era de mesié. Los puros están estratégicamente distribuidos por gradas y andanadas (en tendido también pero el humo fluye y sus efectos son menos perceptibles) y son portados por empleados secretos de mesié para contagiar la euforia urbi et orbe.
Y mucho cuidado con el yintonic que probablemente está también trucado. Con el primero aplaudirás de pie con gran entusiasmo, el segundo te hará sacar el pañuelo y pedir orejas sin saber como, no te digo nada si te tomas tres. Y las pipas ni las pruebes...
Y para colmo me cuentan que han prohibido la cocacola y ahora nos venden pepsi.
¡¡¡Y decíamos que esto iba a seguir igual!!!

Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Juselín:
He dudado en sacar o no este comentario, pues no sé si será bueno que sepan que les hemos descubierto, mira tú si incrementan la dosis, vamos, que al final vamos a sacar en hombros a la señora que vende los claveles. Total... Ya puestos.
Un abrazo