lunes, 12 de septiembre de 2016

Cuándo la afición rinda homenaje al torero

Al final el toro saldrá el 16 de octubre para rendir homenaje a Víctor Barrio


Estamos en unos tiempos en los que parece que los que deberían ser los más interesados en que esto se moviera y creciera, en cifras y prestigio, son los que más hacen por acelerar su hundimiento. Los profesionales, cómo se hacen llamar, cumplen con este concepto en cuanto a cumplir, cobrar y punto. Es verdad que cuándo se produce un hecho desgraciado todos corren a mostrar su adhesión a los damnificados, pero luego... ¡Ay, luego! Se apagan las cámaras, se apartan los focos y cada uno a lo suyo, que son profesionales. Pero esto de los toros no es solo el profesionalismo, afortunadamente. Digamos que los “profesionales” marcan el día a día, pero los que realmente lo sustentan, lo alimentan e intentan conseguir que haya un futuro cierto son los aficionados. Sí, esos a los que uno se refería despectivamente con que cabían en un autobús, esos a los que se quiere callar en beneficio de los gustos de las masas, esos que incomodan y a los que se quiere arrinconar, pero que siempre, siempre, están ahí, lo mismo para pagar su entrada religiosamente y casi con el mismo esfuerzo que irse de rodillas en peregrinación a Lourdes, que para echar la pata pa’lante en caso de necesidad.

Ustedes recordarán, cómo no iba a ser así, la caída de un torero, Víctor Barrio; dudo que puedan llegar a olvidarlo. Hubo movilizaciones de todo rango, en las redes sociales, en las plazas, en las fiestas de los pueblos de todos los rincones en los que se sentía el toro y que encontró su culminación en la corrida de Cantalejo con protagonismo señalado de Enrique Ponce, y en Valladolid, dónde el segoviano recibió un homenaje dentro del abono de la feria. Curiosamente, una plaza en la que el torero nunca actuó. Pero todo homenaje no puede responderse de otra forma que con agradecimiento, por supuesto. Pero quizá faltaba, o igual no, el recuerdo de la plaza, la afición ante la que sí toreó Víctor barrio, desde novillero y después como matador de toros. La afición más exigente, la más dura, la que daba y quitaba, pero puede que también sea la más sensible. Y de esta misma afición salieron tres de ellos y se pusieron manos a la obra, siempre de la mano de la familia del matador, llamaron a las puertas de la Comunidad de Madrid, allá cuándo los calores de julio y agosto apretaban y pusieron fecha al acontecimiento, el 16 de octubre, si el tiempo no lo impide y con permiso de la autoridad, se celebrará un festival homenaje a Víctor Barrio, cuya recaudación irá destinada a una fundación de nueva creación y con el nombre del torero, que se dedicará a la promoción real de la fiesta de los toros, la pasión por la que entregó la vida el homenajeado.

El cartel ya se puede decir que está cerrado a falta de dos o tres puntadas en este traje que va a venirle como un guante a la afición de Madrid. ¿Quién actuará? Pues muy fácil, los que han querido estar, así de sencillo y los que no han querido, pues no estarán. Estos tres quijotes, además de la familia, como ya he dicho, han pedido ayuda a toda la torería del momento y a algunos de los que ya no calzan las rosas. Conociendo la solidaridad del toreo, el festival tendría que haberse montado en diez minutos, incluido un descanso para el café, y el máximo inconveniente no debería ser otro que encontrar un sitio para todos, ¿no creen? Pues no, no lo crean. Al que no le dolía el bazo, le dolía el contrabazo, si no era que uno no iba si no le acompañaba otro de su cuerda de figurones estelares. Quizá lo más comprensible son los toreros retirados, que por razones obvias, no se ven para ponerse delante de un novillo, aunque a veces el aficionado no llegue a comprenderlo, pero... Si uno dice que no se ve con fuerzas, pues ya poco más hay que hablar, aunque me consta que esta terna de aficionados han hablado, hablado y hablado, hasta gastárseles las palabras y les garantizo que algunos de ellos tenían palabras para empapelar el mundo, doy fe. Quizá sea cuestión de puntos de vista, quizá los toreros en activo veían un compromiso más en  Las Ventas, sin pararse a pensar en que es un festival en el que se homenajeaba al compañero caído de la mejor forma que se le podía ocurrir a cualquier aficionado, con toros. No hombre, no, las orejas no valen en días así, los triunfos están garantizados, porque son triunfos de todos, de los actuantes, los asistentes y hasta de los que querrían asistir. Solo les digo una cosa, que habrá toreros y toreros de la plaza de Madrid, toreros que igual que un día la hicieron crujir con un puñado escaso de naturales, con sus lidias o con su verdad y su desparpajo, harán estremecerse a la afición y seguro que también a Víctor Barrio, allí dónde estés, y especialmente cuándo se vea reflejado en el ruedo al ver a a aquellos que quiso como suyos, hagan el paseíllo en la plaza de Madrid. No puedo decir más, si acaso que el próximo 16 de octubre de este año, el año de la tragedia será cuándo la afición rinda homenaje al torero.

Enlace al programa Tendido de Sol del 11 de septiembre de 2016:

2 comentarios:

MARIN dijo...

Ya sabes Enrique, que esto de los homenajes póstumos no me gustan un pelo. El mayor homenaje que le podían haber hecho a Victor Barrio es darle mas cancha para que hubiese podido demostrar si valía para esto o no. Aún así espero que, forme quien forme el cartel, se vea toreo del bueno y que el aficionado disfrute (si se puede disfrutar en un día asi....)

Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Tampoco creo que en su momento se pudiera quejar el torero de que no se le dieran oportunidades, pero bueno, a ver si en marzo podemos ver el festival de homenaje.
Un abrazo